EL MOHÁN
Relatan que en las míticas regiones del Huila, Tolima y Antioquia hay un Mohán corpulento con piel de oso, peligroso y cruel.
Describen al Mohán con la barba espesa y larga como la de un patriarca terrible que infunde autoridad y a la vez una sensación de malicia diabólica.
Cuentan que el cabello del Mohán es abundante y que evidencian su formidable fuerza, capaz de sostener el peso de la luna. Por eso los pescadores, remeros, bravucones y malhechores le tienen un miedo cerval. Hablan que el Mohán duerme en cavernas doradas, nostálgicas y misteriosas, y que en ellas tiene encantos, guacas, tesoros y lindas chicas fuente de placeres.
Comentan que cuando el Mohán sale de sus fabulosas grutas, carga bajo sus brazos de hierro una inmensa balsa dorada y hecha en ella los remos de oro, su comida y bebida. Luego camina hasta las riveras del rió Magdalena y se dedica a navegar, a pescar, a cantar y a enamorar.
Narran que cuando el Mohán ve doncellas hermosas bañándose en el rió, se les acerca y comienza a echarles flores y a prometerles eterna juventud y años de felicidad.
El Mohán, con los varones es pendenciero y estafador, con las evas es un excelente conversador y seductor.
El Mohán utiliza los remolinos del rió y sus playas como nido de amor.
Dicen, que con su mirada hipnotiza a las mujeres y con su dentadura de oro las hechiza, con sus ojos lee la mente de las chicas, averigua su pasado, ve su presente y vaticina su futuro.